Hoy tenemos de invitada a Cristina Tierno , autora de un blog de reciente nacimiento llamado Cloe Atelier, dedicado al mundo de los labores; coser, tejer, bordar… Crear al fin y al cabo, de una forma artesanal, hecho a mano, propio de una dedicación milenaria que ha ido transformándose y cambiando.
Acompañando modas, culturas, estilos, utilidades varias, es una actividad que se puede conocer desde diferentes perspectivas.
Al conocer el blog de Cristina Tierno quise hablar con ella para proponerle compartir con nosotres su perspectiva sobre este mundo, este estilo de vida, como ella misma nos cuenta.
Me siento muy agradecida de que se haya animado a compartir esta bonita visión, porque además de hacernos reflexionar sobre deshacernos de ciertos prejuicios, Cristina tiene un gusto particular y un estilo propio que me han enamorado desde el principio. Sus argumentos te gustarán, estoy segura.
Esperamos que disfrutes de este artículo y que nos cuentes en los comentarios qué opinas al respecto. Te dejo con ella 🙂
Antiguos, desfasados, de abuelas, suplicios que imponían estrictas monjas, incluso etiquetadas como actividades machistas.
Estos son algunos de los adjetivos que reciben las labores como la costura, el bordado, ganchillo o punto.
Estas actividades manuales se integraban en el currículo escolar hace décadas, y si bien, estamos de acuerdo de que se impartían desde un enfoque de género que no incluía a los niños y que partían desde la pretensión de enseñar a las niñas a ser buenas y hacendosas mujeres y esposas. Quizás esto tuvo la culpa de que las labores se percibieran como algo negativo, impuesto, no justo, que muchas niñas odiaban por pura rebeldía (seguro que también hubiera sido mi caso de haberlo vivido…).
Contenidos del artículo
Coincidimos en que el fondo y la forma no eran los adecuados
Pero por ello no debemos obviar los numerosos beneficios que aportan las labores como actividades manuales al desarrollo de niños y niñas.
- Fomentan la creatividad.
- Enseñan paciencia y perseverancia, aprendizaje y enseñanza.
- Centran la atención en una tarea.
- Presentan un desafío mental y resolución de problemas.
- Fomentan la cohesión social al realizarse en muchas ocasiones en grupo.
- Desarrollan la coordinación mano-ojo, percepción espacial y destreza motora fina.
- Aportan un sentido de orgullo y logro al obtener un trabajo realizado por ellos mismos.
También la neurociencia encuentra a labores tan tradicionales como la costura, tejer o bordar, un sentido más importante, además de su utilidad y creatividad.
Investigaciones en este campo muestran como las labores tienen muchos que ver con la atención plena y la meditación, lo que aporta un impacto muy positivo en la salud mental y el bienestar de las personas, sobre todo en las etapas tempranas del desarrollo de los niños.
Con los datos en la mano…
¿Crees que se deberían incluir las labores como actividades manuales en los nuevos currículos de enseñanza?
En las escuelas Waldorf, por ejemplo, tanto niñas como niños desde edades muy tempranas aprenden labores en sus clases de manualidades. También aprenden en talleres de madera, metal, carpintería, cocina, jardinería, etc. Parten de una pedagogía que promueve la formación completa de la persona, respetando su proceso madurativo desde la infancia, atendiendo todas las facetas de su desarrollo hacia la edad adulta: niños y niñas libres, responsables y solidarios/as.
Por otro lado,
¿Sabías que Albert Einstein tejía para “calmar su mente y aclarar su pensamiento”?
Digamos que todos los grandes genios tienen sus métodos.
Desde mi experiencia… Tuve que esperar 29 años para aprender a coser, a bordar, a hacer ganchillo y a tejer. Y me hubiera fascinado que mi maestra me hubiera enseñado a crear, a diseñar, a utilizar las manos.
Desde que quedé atrapada por el maravilloso mundo de las labores, he aprendido a ser más paciente, a reducir la ansiedad, el estrés; en definitiva, a ser más feliz, porque esto es todo un estilo de vida lleno de creatividad, color y alegría, un modo de ser, de sentir, de vivir despacio y saborear los buenos momentos frente a la ventana.
El debate está abierto.
¿Qué te ha parecido? ¿Qué opinas de su propuesta de incluir las labores como actividades manuales en el aula? ¿Conocías a Cristina? ¿Te gusta coser, tejer o bordad? Déjanos tu opinión en los comentarios 🙂
Mónica Lemos ha dicho
Es que tiene muy buen gusto!!!
jajaja, yo tampoco hago gran cosa, aunque he hecho mis cosillas!!
La newsletter es mensual Anabel!! Este jueves la envío! 😛
Un muack!! grande!!
Aprendemos con mamá ha dicho
Qué guapa es Cristina!!! Conozco su vlog y me encanta, siempre se lo digo 😀
Yo quisiera coser, tejer y de todo pero no sé y espero algún día no muy lejano aprenderlo.
Por cierto, Mónica no sé por qué la newsletter de este blog no me llega.
Un abrazo!
Mónica Lemos ha dicho
Aleee!! pues las dos halagadas entonces!! jeje, gracias!!
Verás como tendrás éxito con tu proyecto! 😀
Un abrazo fuerte y muchas gracias por dejar una gran parte de tien este blog! Invitada para cuando quieras! 🙂
CLOÉ ATELIER ha dicho
Entusiasmada, halagada y súper agradecida me hallo Mónica! Con tu buen gusto, tu trabajo impecable y tus palabras haces que tu blog sea un espacio de referencia que llega con los temas más candentes. Mil gracias por todo y espero sea el comienzo de una gran amistad bloggera!! besines!
Mónica Lemos ha dicho
Jajaja, Yolanda, me encantan tus aportes, llenos de perspectivas diferentes!! Tienes razón, si la paciencia no es tu fuerte, o es una labor que tardas en ver resultados… puede despertar ansiedad!! pero creo que si se trabajara desde aula todo sería diferente… quizás!
Muchas gracias por tu comentario Yolanda! 🙂
Muack
MI PADRE ES GUAPO Y MI MADRE ES LISTA - Blog para Padres Inquietos ha dicho
En mi época de estudiante de EGB, la asignatura de manualidades tenía varias propuestas muy interesnates: maquetería, costura, papiroflexia … lo que ahora apenas se toca o se toca de otra manera.
Tuve una época de tejer y de hacer punto de cruz muy fructífera. Pero lejos de relajarme me estresaba, era un trabajo que quería finalizar cuanto antes, y contar puntos me ponía en tensión. Así que tras varios años de creaciones decidí dejarlo, ahora hago otro tipo de manualidades todas infantiles con mi hijo. No son mejores ni peores, son diferentes, como la época que estoy viviendo. Quién sabe si volveré a tejer algún día.